5 de octubre de 2000

 

 

Sr. Presidente del CONICET

 

En estas líneas encontrará ideas y pensamientos compartidos seguramente por todos, y en especial por los becarios, quienes parecemos ser una parte importante del sistema hasta que dejamos de serlo cuando ya no tenemos más becas que solicitar.

Sabemos que si no hay más dinero para el Conicet, si no aumenta su presupuesto anualmente, ningún proyecto científico es viable. Tampoco puede haber un crecimiento en la planta estable del organismo. Pero parece que sí es posible formar recursos humanos. ¡Qué contradicción! Una vez que termina la etapa de becario, aunque ésta haya sido exitosa, se les niega el ingreso a esas personas. Mientras tanto, ¿qué hacen los becarios que fueron, son y serán formados en este sistema de “trabajo-limosna”, o “becas-hobby” o “becas para exiliarse”?. ¿Es justo y solidario formar o seguir formando “investigadores descartables” y ciudadanos frustados? ¿Cuál es el futuro de los becarios que se forman en investigación básica o líneas de investigación que la industria o empresa privada no necesita? Estas personas no tienen lugar en la sociedad después de haber hipotecado años de su vida, los mejores años por cierto desde el punto de vista laboral. Y debe ser obligación del Conicet velar que las personas que han sido becarias encuentren un lugar de trabajo acorde con su formación. 

Entonces pregunto ¿Cuál es el espíritu del Conicet en esta sociedad? ¿Cuáles son sus objetivos? Con el pensamiento arriba expuesto, no parece ser ni siquiera el de hacer Caridad. Por otra parte, si una Institución tiene como objetivo hacer Caridad dando becas para que la gente, mientras consigue algo mejor, tenga un sueldo, creo que se equivoca en el concepto de la palabra. Las personas que aceptan ser becarios lo hacen porque creen y quieren tener un lugar como investigadores al final de ese recorrido. Y seguramente que aquellos que no tengan una verdadera vocación no llegarán al final o si lo hacen decidirán emprender otro camino que los gratifique más. Por lo tanto, estoy convencida que los que se postulan para ingresar tienen o han encontrado en la investigación una forma de vida que no es aplicable a otro tipo de trabajo.  

Por ello creo que lo que sucede hace tiempo ya no es sólo un problema de presupuesto, sino un problema de conciencia, de objetivos mal planteados. Si los que tienen poder para cambiar algo no actúan en consecuencia teniendo en cuenta la realidad expresada, seguiremos echando a la calle personas frustradas y desocupadas que no van a encontrar un camino acorde al esfuerzo invertido, sino tal vez una tabla de salvación en un puesto de trabajo de cualquier tipo. Además, ¿qué pasó con el dinero que la sociedad a través del Conicet invirtió en formar becarios? ¿Y con los subsidios que reciben los investigadores para sostener los proyectos que tienen como base la formación de recursos humanos, es decir de personas que sienten y piensan y quieren algún día llegar a ser investigadores como sus directores?. Y en cambio, ven que solamente ingresan los hijos, los nietos y los amigos de... y algunos otros que por su excelencia no pueden pasar desapercibidos. Mientras que la mayoría es descartada, habiéndose malgastado, mal invertido el dinero de la sociedad, pues esas personas no podrán emplear sus conocimientos en trabajos para los que fueron formados, y no por su propia voluntad o incapacidad, sino sólo porque el Conicet no prevé esta situación.  

Por lo tanto, creo que este problema no se resuelve totalmente ni con una buena ley de Ciencia e Investigación ni tampoco con un mayor presupuesto, que por cierto hacen falta, si se sigue pensando que solamente unos pocos becarios de los muchos que se forman pueden llegar a ser investigadores. Este concepto no implica ni asegura la excelencia, en cambio deja afuera a muchos con verdadero espíritu de investigador que muchas veces es más importante que la excelencia así planteada. Este espíritu puede ser evaluado, como lo son sus antecedentes, en una entrevista personal en la que el postulante pueda expresar su vocación real para la investigación, sus ideas y proyectos, y diferenciarse de aquéllos que sólo buscan un puesto de trabajo. 

Es necesario que mientras no se pueda encontrar una solución para los ex-becarios que deberían ingresar como investigadores excepto aquéllos que por voluntad o necesidad encuentren otro camino mejor para su futuro, no se siga formando personas como simples autómatas, que son útiles a sus directores por un tiempo determinado y luego son reemplazados por uno nuevo, y así sucesivamente. ¡No nos engañemos más, por favor!  

Gracias por su atención y deseo que su gestión sea realmente aquélla que todos queramos recordar. Que Dios y la Virgen lo guíen en sus decisiones y le den fuerza para enfrentar y resolver los problemas planteados y los muchos que hay no comentados en esta carta.  

Dra. María de las Mercedes di Pasquo

Geóloga especializada en Palinoestratigrafía

Becaria Postdoctoral del CONICET

Docente de la UBA (Ayudante de Primera dedicación simple)

DNI 17.255.333

e-mail: medipa@gl.fcen.uba.ar

 Becaria Postdoctoral con vocación para investigar, que quiere tener un lugar en esta Institución, pues cree que realmente lo merece. Tengo esperanza que habrá un mundo mejor, no solamente en el Cielo, si practicamos los valores espirituales, éticos y morales que Dios a través de Jesús plasmó en el Evangelio. Deseo expresar también mi convicción respecto de la verdadera y honesta vocación para investigar que debe ser tenida en cuenta en la selección, y que esta selección debe estar más allá de las vacantes que el Conicet tenga para ofrecer. Todo aquél que fue formado en la investigación y acredite tener vocación y méritos para acceder a la Carrera del Investigador, debe ingresar.

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                                                                 Buenos Aires, 17 de junio de 2005

Sr. Presidente del CONICET

Dr. Eduardo Charreau

S/D

De nuestra mayor consideración:

      A través de la presente nota los abajo firmantes, miembros de la CIC, solicitamos a Ud. y por su intermedio a todo el Directorio de CONICET, tengan a bien considerar aptos para ser evaluados como aspirantes a becarios de esta Institución, a aquéllos que tengan hasta un año más de la fecha límite prevista en las bases de la convocatoria de Becas del corriente año. Si bien se conoce el cambio de último momento introducido en las bases con respecto a este ítem, consideramos necesario que se traten aquéllos casos que por poco tiempo respecto de este límite escapan a la actual convocatoria. Este requisito siempre ha sido un filtro indeseable pero es aún peor cuando año a año se producen modificaciones en la fecha límite y más todavía si sólo por una pequeña diferencia temporal, por días o meses, algunas personas con vocación y voluntad de ser investigadores “quedan” fuera de la presentación sin darles la posibilidad de ser “evaluados” por sus antecedentes.

      Sabemos claramente que uno de los problemas graves que sufre la ciencia argentina es la de no poder incorporar en el sistema laboral argentino a los graduados de ciertas carreras que han sido formados durante años por el Estado. Y por cierto, sólo algunos tienen voluntad de formar parte del sistema científico ya que los magros sueldos y las muchas adversidades por las que deben atravesar (ésta una de las tantas), desalientan a la mayoría.

       También sabemos que son muchas las situaciones particulares que llevan a los estudiantes a “retrasarse” en la finalización de largas y en muchos casos costosas carreras, con alto alumnado, lo cual impide que más tarde puedan tener acceso al sistema de becas si en todas las convocatorias se recurre a la edad para limitar su acceso, en lugar que la evaluación objetiva de sus antecedentes y el potencial para la investigación que se muestra a través de ellos, permita definir su destino.

          Diversos parámetros pueden ser tenidos en cuenta para ello, como por ejemplo comparar si en un mismo período se han cursado sólo materias de la carrera o si además se han realizado presentaciones en congresos, o trabajos con investigadores, lo que demuestra su interés (vocación) por la investigación más allá de apurarse a terminar la carrera sin saber de que trata su posible futura línea de trabajo. A esto se suma el promedio, que es independiente de la edad aunque no siempre es un parámetro cierto de la capacidad del alumno. Tampoco se recomienda tener en cuenta si las materias de especialización elegidas están relacionadas con la orientación de la beca solicitada, lo que asegura un mayor éxito a ese futuro becario, en lugar de considerar la edad como parámetro de selección (descarte) en sí mismo.

          Finalmente, todos sabemos que un país en vías desarrollo no se puede dar el lujo de desperdiciar a ningún científico si quiere crecer y transformarse en una Nación exitosa.

           Esperando una respuesta satisfactoria a este justo reclamo, lo saludan muy atentamente.

 Miembros del CONICET

 Firma en representación

Mercedes di Pasquo

Inv. Adjunto

DNI 17.255.333

 Con copia a:

Vicepresidente de Asuntos Científicos – Dr. Ricardo Farías

Vicepresidente de Asuntos Tecnológicos – Lic. Mario J. Lattuada

A continuación se adjuntan las firmas de investigadores que adhieren a este reclamo (reunidas en unos pocos días a través del correo electrónico).